No me podéis negar que es graciosísima esta tarta, un barrica de vino, hecha con una técnica de pintado sobre fondant y con un interior de lo más tradicional, un bizcocho de almendras con almíbar de amaretto con nata de toda la vida, más tradicional imposible. ¿Quién dice que no podemos fusionar lo mejor de nuestra repostería con lo artístico que te proporciona el fondant?
Unos trocitos que he podido probar y están infinita de buena, igual de sabor que las almendradas que tanto le gustan a mi madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario